El proyecto da respuesta a la gestión eficiente de biorresiduos de esta zona, gran parte de origen ganadero
Arranca el proceso para que la empresa Bioselval Gestión Medioambiental inicie la actividad en la planta de depuración de purines y de biogás de Valderrobres. El proyecto va a suponer la generación de 10 puestos de trabajo directos y más de 25 indirectos, y da respuesta a la gestión eficiente de biorresiduos, gran parte de origen ganadero, de esta zona. Se trata de una planta de tratamiento de purines y otros cosustratos que había sido construida con fondos del Gobierno de Aragón y que, por medio del procedimiento público de licitación llevado a cabo a finales del mes de junio, será explotada y conservada por esta nueva compañía por concesión del Instituto Aragonés del Agua (IAA). Cabe recordar que BioSelval está conformada por Grupo Arcoiris, así como por Selev Biogroup y por Genia Bioenergy.
Estas nuevas instalaciones cuentan con capacidad para gestionar hasta 165.000 toneladas anuales de residuos, y en ellas se podrá gestionar un máximo de 120.000 metros cúbicos de purines que serán convertidos en biogás y biofertilizantes. En la misma planta se gestiona y almacena el purín y otros cosustratos, se realiza la separación por fases de estos biorresiduos y el tratamiento biológico de líquido clarificado, la digestión anaerobia de purín bruto, de la fracción sólida y del resto de residuos, finalizando con la generación de biogás, que puede ser convertido en electricidad mediante cogeneración. Asimismo, se realiza la gestión de los productos finales del procedimiento, que serán utilizados para generar biofertilizantes de rápida absorción por las plantas y fitosanitariamente seguros, lo que evita la acumulación de nitrógeno en los suelos e introduce prácticas de economía circular en la agricultura local.
Consorcio basado en la Economía Circular
La compañía Bioselval está participada por grupos empresariales que representan a cada una de las etapas de la cadena de valor de los residuos. Está respaldada por tres empresas que son líderes en sus ámbitos de actuación, y que se unen para un mejor aprovechamiento de los residuos, en este caso de purines, que se convertirán en energía, lo cual es todo un ejemplo de colaboración para promover una verdadera economía circular. Tal y como explicaron desde la propia empresa Bioselval, han logrado esta concesión gracias a la «solidez» de la propuesta, que viene garantizada por la complementariedad de las empresas que la forman en un modelo de negocio que aúna la gestión sostenible de purines, la valorización de biorresiduos y la producción de biogás y biometano.
Desde el consorcio recordaron que Grupo Arcoiris es referente en el sector ganadero. Por su parte, Selev Biogrup es un grupo empresarial especializado en su gestión y son expertos en sostenibilidad y líder en la gestión integral de los biorresiduos. Por último, el consorcio cuenta con Genia Bioenergy especializada en valorizar los residuos mediante su conversión en gases renovables, para integrar todo el proceso de la producción, gestión y valorización sostenible de los biorresiduos de toda una comarca dentro de un modelo de ciclo de economía circular con grandes ventajas medioambientales, económicas y sociales en la actividad agropecuaria del Matarraña.
Con esta concesión el IAA, añadieron desde BioSelval, se asegura el tratamiento sostenible y ecológico de los purines de las ganaderías locales en un proceso de digestión anaerobia (en ausencia de oxígeno) que evita problemas medioambientales como la emisión de gases de efecto invernadero, la fijación de nitrógeno en los suelos agrícolas o la contaminación de acuíferos, así como molestias a la población por los malos olores o la proliferación de insectos. Por su parte, los ganaderos disponen de una alternativa para deshacerse de sus purines de manera sostenible.

Funcionamiento de la planta
La puesta en funcionamiento de esta nueva planta de biogás va a permitir dar una solución a los biorresiduos de origen ganadero que suponen un problema medioambiental en esta zona geográfica, así como de otros residuos. En este sentido, la capacidad mínima reservada al purín en esta nueva planta de Valderrobles es de un 50% de la capacidad máxima de la instalación, teniendo preferencia el purín generado en un radio de 7,5 kilómetros en torno a la planta.
El objetivo es buscar la sostenibilidad en todo este proceso y reducir el impacto ambiental del transporte y del nuevo producto resultante. Por último, para gestionar el purín, se realiza un proceso de depuración sostenible con aprovechamiento energético de la materia orgánica residual, lo que va a contribuir a disminuir también las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 24.000 toneladas anuales de CO2 equivalentes relacionadas con las gestión de purines y otros residuos.
Inician la licitación de la planta de Peñarroya de Tastavins
Por su parte, el Ayuntamiento de Peñarroya de Tastavins inició el proceso de licitación de la adjudicación de la planta de depuración de purines situada en la propia localidad. En este caso concurrieron un total de cuatro empresas de las que solo tres pasarán a la siguiente fase tras haber presentado toda la documentación requerida. Se trata de la empresa catalana Griño Ecologic S.L.; la canaria Ecovalores Insular S.L. y Bioselval que, de igual modo, concurrió a gestionar la planta peñarrogina. En este caso fue desestimada la concurrencia de Blue Gold Desalation S.L. tal y como consta en la propia licitación, por no haber completado todos los puntos requeridos en este proceso de licitación.
Desde la localidad se vive con gran expectación la puesta en marcha de esta instalación. «Es una instalación que, además de contar con una inversión importantísima, nos permitirá solucionar el problema del purín y además crearemos puestos de trabajo. Estamos muy expectantes», explicó Ricardo Blanch, alcalde de Peñarroya de Tastavins.
El siguiente paso encaminado a completar la adjudicación de estas instalaciones tendrá lugar el viernes con la apertura de sobres. De este modo se valorarán las propuestas de las dos empresas que finalmente, y tras pasar el inicio del proceso, concurren a hacerse con la gestión de estas instalaciones. Cabe recordar que la planta de Peñarroya costó 6 millones de euros y se encuentra, de igual modo, paralizada. En este caso las instalaciones sí que llegaron a funcionar, pero meses después de su puesta en marcha la retirada de las primas a la generación de energía de este tipo hizo, entre otros motivos, que se volviese a paralizar su puesta en marcha.
